Se utiliza las propias proteínas de nuestro organismo, seleccionadas y concentradas, para que reparen el daño producido por el paso del tiempo o por las lesiones solares.
En este tratamiento el ingrediente principal es la sangre del propio paciente. Es un tratamiento ambulatorio que se realiza en la consulta. Tras la limpieza y preparación de la zona a tratar se aplica una crema anestésica. Se realiza una extracción de sangre del propio paciente, de la que se obtendrá el plasma rico en plaquetas, tras someterla a una centrífuga y activarla. Una vez preparada se aplicará a través de multipunciones con una aguja muy fina, en forma de mesoterapia. La aplicación en sí lleva entre 5 a 10 minutos. El número de sesiones dependerá del estado de la piel de cada paciente.